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miércoles, 29 de febrero de 2012

La perversión del sistema educativo: desde la propia formación docente



La principal razón que me ha llevado a crear este blog ha sido poder contar con un espacio donde poder tratar diferentes aspectos relacionados con la educación. El problema es que acabo de acordarme de lo poco que me gusta hablar de educación. Creo que a la educación le ocurre lo mismo que a los bebés: todo el mundo aporta su remedio de la abuela para que deje de llorar –“cántale una nana”, “mójale el chupete en coñac”, “déjalo que ya se callará cuando se canse”-, pero nadie ha demostrado su eficacia. A veces funciona, a veces no. Cuando funciona pensamos: “qué buen trabajo he hecho”; cuando no, lo pasamos de mano en mano a ver si alguien consigue calmarlo.

No me gusta hablar de lo que no sé. Pero sí me siento un poco en la obligación ética de, al menos, plantearme algunos asuntos, antes de tener que enfrentarme a ellos en la práctica. Se supone que he cursado el máster de profesorado –también conocido como el máster de la reflexión- para poder cuestionarme todo ese tipo de cosas, pero digamos que no sirvió de mucho. Aunque bueno, al tema del máster habría que darle de comer aparte.

La cuestión es que ahora me veo envuelta en el perverso mundo de las oposiciones y me da todo cada vez más miedo. Esto se ha convertido en un negocio con mucho ánimo de lucro, en el que academias, editoriales y particulares, comercializan con el saber como el que está en el rastro. “Oye, ¿te hacen falta unas decimillas?, pues te vendo un curso online de 110 horas que harás en 10 minutos”. “¿No te da tiempo a preparar el temario? Pues si me compras la parte de lengua, te regalo a Góngora, Quevedo y Calderón. Ah, y tengo de oferta una programación para 1º de Bachillerato, pero vamos, si me das dos días, te la adapto para 2º de la ESO”. “¿Que aún así no te llega para la fase de concurso? ¡Pues la editorial “Didactismo de la Didáctica Pedagógica” te publica esa Unidad de 5 folios y medio que tienes ahí muerta de risa!”.

Y eso, por no hablar de la especulación a nivel gubernamental: que si sacamos oposiciones, que si no; que si volvemos al temario de 1993; que si, ya puestos, retrocedemos al de 1893, y así nos quitamos la literatura del siglo XX que, total, para lo que luego se estudia en los institutos… Vamos, que el que no se saca la plaza es porque no quiere.

En síntesis, que si el máster me pareció una broma pedagógica de muy mal gusto, esto me empieza a acojonar. Y todavía no he pisado un aula. No obstante, y visto lo visto, es de lo que realmente tengo ganas. Cada vez más. No porque crea que yo vaya a tener la píldora mágica en esto de la educación. Ni mucho menos. Pero quiero ver lo que de verdad se cuece allí. Quiero escuchar a los alumnos. No sé, aunque solo sea para comprobar por mí misma si son tan malos como se rumorea. O, a lo mejor, tienen cosas interesantes que decir. Y todo.

Hace un rato he visto este video y, al menos, me ha dado ánimo para tener cierta fe en que pasar por todo este circo, al final, puede que merezca la pena.

El sistema escolar visto por un chico de 17 años from ellosViven on Vimeo.

martes, 28 de febrero de 2012

EL BLOG QUEDA INAUGURADO

De momento tengo poco más que añadir.
Ojalá pudiera decir que las motivaciones que me llevan a crearlo son poder plasmar mis impresiones sobre tal y cual, beneficiarme de las propuestas de otros bloggers y que, de esta forma, todos podamos crecer como personas a través de las nuevas formas de interconexión que nos brinda la red.
Pero no, mis motivaciones son mucho más prosaicas. Mi intención es llegar a ser algún día profesora –algo que en un principio parecía una sólida salida profesional a mis estudios y que cada vez roza más el rango de entelequia utópica-, por lo que no me queda otra que aplicarme a esto de las TIC. Como no dejo de leer artículos que cantan las virtudes de crear un blog –por lo visto si consigues dominarlo, sabes manejar prácticamente cualquier herramienta 2.0.-, pues me he decido.
Además, estudiando el otro día un tema de las opos, “Los medios de comunicación social”, aparte de sorprenderme cómo, desde la óptica de ciertos temarios “académicos”, éstos han quedado reducidos a internet –y yo sin enterarme de que la prensa, la radio y la televisión han pasado a mejor vida- conocí una nueva palabra –algo que me encanta-: “prosumidores” o “webactores” –me gusta más la primera-, vamos, que en la red somos todos productores y consumidores de información. Pues eso, que ya vale de buitrear a la red y a darle un poco de contenido. Parafraseando a cierta alcaldesa de cuyo nombre no quiero ni acordarme, instando al vulgo español a dedicarse al voluntariado: “devolvámosle a la red algo de lo que la red nos da”. Por cierto, resulta interesante como el término “sociedad” se asemeja cada vez al de “red”, ¿llegarán a utilizarse algún día como sinónimos?, perdón ¿como términos intercambiables? (que los sinónimos no existen).
Sin más, se despide, confiando en que los medios (contenidos) terminen justificando los fines (manejarme en este tipo de plataformas),
Jazzmarina.